viernes, 15 de enero de 2010

Do you do?



No sé si es por causa del momento en el que estamos viviendo, pero lo cierto es que parece que resurge el “hazlo tú mismo”. Motivado o no por las cuestiones económicas, me alegro mucho de que volvamos a desempolvar libros de recetas, saquemos del baúl de los recuerdos agujas de tejer y lana, nos acerquemos a las tiendas de manualidades o simplemente nos esmeremos por arreglar y reciclar utensilios a los que hace poco hubiéramos enviado rápidamente a la otra vida.

Internet es un precioso escaparate para todos los amantes del mundo DIY (do it yourself), dónde se comparte información acerca de cómo hacer esto o aquello, intercambiar creaciones, ideas o simplemente mostrar que con un poco de tiempo e imaginación podemos hacer cualquier cosa sin tener que pasar por la caja registradora.

Ya era hora de liberar y potenciar esa vena creadora y creativa que todos llevamos dentro y de mostrar que no somos tan inútiles como esta sociedad, en que todo está “listo para consumir”, se empeña en hacernos creer.

sábado, 2 de enero de 2010

Uno +


2010. Suena bien. Cualquier cambio, paso siguiente, nuevo calendario o romper con lo anterior, suena bien, siempre bien. Es como si nos despojásemos de una capa de nuestra piel, como las serpientes, dejando atrás un año más experiencias vividas que buenas o malas, no han hecho sino añadir un poco más de peso a esa mochila que llevamos como equipaje de vida y que nos sirve como brújula a consultar cada vez que tenemos que decidir de nuevo el rumbo a tomar.

2010. Todo un año nuevo por delante lleno de buenos propósitos. Reinicio. Renovadas intenciones, quizás no tan nuevas pero sí recicladas una y otra vez porque las buenas intenciones, aunque pierdan fuerza por el camino, siempre están ahí, tras el telón de terciopelo rojo, listas para salir a escena con cada año que comienza.

2010. Un año más, que no un año menos. Porque un cambio, aunque sea de cifra, siempre suma. Nunca resta.