Por todos es ya sabido que Internet ha abierto todo un mundo de posibilidades y que las redes sociales son todo un fenómeno que están revolucionando nuestra forma de ser y estar en la red.
De entre todas las opciones yo personalmente me quedo con Facebook y Twitter. Mi perfil anda deambulando por unos cuantos sitios más, pero lo cierto es que ya no puedo pasar un día sin ver qué pasa con mi entorno más querido en Facebook o qué se cuece en mi ámbito profesional consultando Twitter.
Facebook es como un resumen de la vida de uno. Dime quiénes son tus amigos y te diré quién eres. Amigos que una vez lo fueron y ya no lo son tanto, amigos muy amigos, amigos que en realidad tan sólo son conocidos…y con todos ellos tú como nexo de unión y nexo a la vez de varias o muchas uniones más. Hacia el infinito y más allá. Con ellos tú decides mostrarte pues eso, como un libro abierto, decidiendo hasta qué página mostrar. Porque no para todos tu historia será la misma.
Y qué es Twitter. Pues es un seguir aquí y ahora. No te conozco pero te sigo, lo que dices me interesa aunque mañana puede dejar de interesarme y entonces dejaré de seguirte. Twitter para mí es como una suma de momentitos de gloria en que lo que se valora es el contenido ofrecido. Ser el primero, decir lo más novedoso, lo último, lo que más se retwitee, eso es Twitter.
Y así, entre tanta red social, vamos dejando nuestra huella, perdida en los confines virtuales, en tiempo y espacio…